El pasado viernes 17 de abril estuvimos un Desayuno Creativo especial organizado por Mil Trescientos Gramos .El tema en esta ocasión era hablar sobre el proyecto del hotel El Coloquio de los Perros. El arquitecto Elesio Gatón, el constructor Javier Rivero, el encargado del mobiliario Andrés Hernando y la artista Esther Gatón explicaron el proceso de creación de un espacio singular situado en el centro de Valladolid.
El proyecto, que tardó 10 años en poder comenzar las obras por la lentitud de los permisos del ayuntamiento de Valladolid con motivo del Plan Especial de Casco Histórico, contiene la amplia experiencia de Elesio Gatón como arquitecto pero también se enriquece con la frescura de la juventud, ya que supo rodearse de jóvenes creativos con talento.
La clave del éxito de este proyecto es que el arquitecto controló todos los procesos artísticos del mismo: de su mano salió el proyecto arquitectónico pero posteriormente coordinó los procesos de creación de mobiliario, identidad gráfica, página web… obteniendo una intervención unitaria que sin lugar a dudas consigue un proyecto redondo.
Andrés Hernando, de la empresa Rhico, fue el encargado de trabajar gran parte del mobiliario utilizando principalmente Solid Surface, un compacto de mineral. Con este material innovador se realizó el mostrador de la recepción, los cabeceros de las camas, la barra del bar e incluso unas bandejas para los aseos.
Este material, que se trabaja de forma similar a la madera, permite cortar los paneles, unirlos, termoformarlos para realizar piezas curvas, etc; también ofrece la posibilidad de emplearse en el sistema productivo mediante inyección, logrando conseguir diferentes diseños y proyectos inalcanzables con otros materiales. Sus características principales son la carencia de poros, su propiedad anti-bacterias, la dureza, resistencia, durabilidad, facilidad de reparación, escaso mantenimiento y fácil limpieza.
La artista Esther Gatón, hija del arquitecto, fue la encargada de la realización de los cuadros que decoran el establecimiento y también fue partícipe del diseño del mural en las fachadas que conforman el patio interior, llenando el espacio con la policromía que caracteriza a esta artista.
Javier Rivero, y su padre Fernando Rivero, de la empresa constructora Rivero e Hijos, trabajaron codo con codo junto al arquitecto para llevar la obra a buen puerto. Esta empresa familiar, combinando el profundo conocimiento de los procesos constructivos de Fernando y la juventud y trabajo aportados por Javier, ha sabido capear la crisis del sector especializándose en restauración, y a la vista de los resultados y acabados del hotel, no hay duda de que les espera un futuro lleno de éxitos en el sector.
Como veis es un proyecto donde las colaboraciones surgen de forma espontánea y donde el cliente no ha tenido que preocuparse de tratar con diferentes profesionales para llevar a cabo la empresa, esta es la filosofía que mantenemos en oiga estudio, abarcar el máximo de aspectos del diseño para que mantengan una linea común entre ellos y el resultado final sea el esperado.